La cantautora mexicana vive un año imparable: giras sold out en Europa, conciertos agotados en México y una conexión profunda con el público que la escucha más allá del idioma. Entre guitarras, cuatros y versos, Silvana reafirma su lugar como una de las artistas más luminosas de su generación.
“Brindo por cruzarme en tu camino y así mi voz vuelve a tener sentido.”
Así comienza el fragmento del nuevo video con el que Silvana Estrada reaparece en pantalla. La escena, grabada en París bajo un sol abrasador, resume la esencia de su música: espontánea, íntima, luminosa. “Fue mágico”, recuerda. “Conocí a la acordeonista veinte minutos antes, y grabamos por las calles de París, simplemente porque era bonito”.
La veracruzana ha tenido un año de vértigo. Su disco Marchita, el primero tras la pandemia, la consolidó como una de las voces más sensibles de la nueva canción latinoamericana. Luego vinieron los viajes, los escenarios europeos, los encuentros inesperados: “Fue mi primera gira por Europa, casi dos meses sin parar. París, Berlín, Lisboa, Londres, todos los conciertos con boletos agotados. No podía creerlo”.
El regreso a casa
A pesar del éxito internacional, Silvana confiesa que México sigue siendo su punto más sensible.
“México me duele más”, dice con una sonrisa honesta. “Cuando anunciamos el concierto en el Teatro Metropolitan, tenía miedo. Pensaba: ‘¿La gente seguirá escuchando mi música en mi propio país?’”.
El miedo duró poco. A los cuatro días, su mánager la llamó: todo sold out. “Lloré de emoción. Esas dudas tontas que tenemos los artistas se disolvieron de golpe”.
Ante la demanda, abrió una segunda fecha para el 16 de febrero de 2025, y los boletos comenzaron a volar.
Entre giras, folk y sueños nuevos
Antes de regresar a México, Silvana tiene un calendario apretado: una gira por España, su participación en el Vive Latino Zaragoza —la primera edición del festival en suelo europeo— y una serie de presentaciones en Estados Unidos como telonera de Andrew Bird e Iron & Wine, dos de los nombres más reconocidos del folk contemporáneo.
“Soy muy fan”, admite. “Me da un orgullo inmenso poder cantar con ellos. Siempre he amado el folk, desde James Taylor hasta lo más actual”.
Entre concierto y concierto, planea un mes de trabajo intenso en México para terminar su próximo disco, previsto para 2025. “Vuelvo a casa para escribir, grabar y seguir soñando. Quiero que este nuevo álbum sea más íntimo, más cercano al Silvana que soy ahora”.
El sonido del cuatro y la raíz del alma
En el estudio, Silvana no se separa de su instrumento favorito: el cuatro venezolano.
“Lo hizo mi papá”, cuenta con orgullo. “Es el instrumento que más me representa, el que me conecta con mi raíz latinoamericana”.
Con él interpreta un fragmento de “Al norte”, una canción que vibra con melancolía y deseo:
“Por ti me voy al norte, y por ti me voy al sur; no importa si hay destino, siempre y cuando en el camino vayas tú.”
Su voz llena el espacio con esa mezcla de fragilidad y fuerza que la caracteriza, la misma que ha conquistado corazones en tres continentes.
Ve aquí la entrevista completa con Silvana Estrada
Silvana, presente y luminosa
Desde Veracruz al mundo, Silvana Estrada sigue tejiendo una carrera que desafía etiquetas. Su música —entre el bolero, el jazz y la canción popular— es una búsqueda constante de verdad emocional.
En cada acorde defiende la ternura como forma de resistencia y la vulnerabilidad como un acto político.
Antes de despedirse, sonríe y dice: “Gracias por escucharme. Es un honor llevar la música mexicana por el mundo. Nos vemos pronto, siempre con alegría y con el corazón abierto”.
Silvana Estrada con el David Aguilar

