Adrenalina pura. Así hay que describir lo que se experimenta al atravesar en bicicleta una vía rápida, o Ejes Viales, de esos que "gracias" al ex regente de la Ciudad, Carlos Hank González, dividieron y segmentaron nuestros barrios y colonias hace treinta años, en favor de los automóviles y en perjuicio de peatones y ciclistas.
Es difícil, pero se puede.
Las primeras opciones son los pasos peatonales –hay unos 10 o 12 entre el Zócalo y Taxqueña— y las escaleras peatonales, con el inconveniente, por supuesto, de cargar la bici al hombro mientras se suben o bajan las escaleras que, de por sí, no son agradables ni para los peatones, menos para los ancianos, niños y, claro está, los ciclistas con bicicleta al hombro.
La otra opción tampoco es muy agradable porque se trata de atravesar los pasos subterráneos de Santiago y Niños Héroes (ubicados entre el metro Villa de Cortés y Xola), en medio de los autos.
Después viene el atreverse a utilizar las vialidades elevadas que cruzan Tlalpan, como Acoxpa, Taxqueña, Zapata, Municipio Libre y el eje 3 Sur. Subir esas pendientes de más de 30 grados cuesta y sobre todo en bicicleta. Después, hay que controlar las bajadas, donde con facilidad se pueden alcanzar más de 50 km por hora.
Experimentar en cada una depende de la pericia y experiencia de cada ciclista. En mi caso, comencé por las primeras y en ocasiones utilizo Santiago o el Eje 7. Es peligroso, sí, pero no imposible si se hace con cuidado.
Aquí les dejo un video para los que nunca lo han hecho.
Al final
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