EL PASO DEL TIEMPO

Este inicio de semana, recibí noticias desde el extremo sur del continente -ese que también existe- y me llegó una imagen llena de símbolos pero, sobre todo, que resume mi idea del tiempo y la vida. Hay ocasiones en que la felicidad sólo necesita dos ruedas.

A las afueras de un taller de orfebrería en San Pedro de Atacama, en pleno desierto chileno, una vieja bicicleta aguarda a su dueño, lo mismo que ese perro extraviado en los sueños de la razón que, como ustedes saben, siempre produce monstruos.

En cambio, a bordo de esa bici se podría seguramente recorrer las callejuelas de Atacama bajo el cielo estrellado, quizá con un poco de frío pero embriagado con el movimiento y el aire golpeándome el rostro.

Envidio entonces al propietario del vehículo y también a quien desde el otro extremo del lente de la cámara captura esa imagen para provocarme ensoñaciones. Gracias querida Leslie, reportera-viajera.

1 comentario:

Leslie Aguirre dijo...

Desde el primer momento que uno cruza la única calle principal del pueblo de San Pedro -también llamado como San Perros por la enorme cantidad de perritos que hay... todos de color beige, increíble- uno se da cuenta de que el tiempo no ha pasado por ahí, que el atractivo principal es la plaza de la iglesia y que el resto, es historia, esa que se puede recorrer en bicicleta, venga uno de donde venga. De nada, Zama, sabes que a ti y a otro racimo de personas los llevo bien pero bien dentro de mi corazón.
Buen viaje!